Es que no fuí a la playa ...

Tiempo hace que no me encuentro con los "patas"; esos de juerga. Con esto del clima melancólico e indeciso que cae sobre este sediento valle, la "yente" se quitó pa' la playa.
Y yo, aquí. Varado.
Imagino que no seré el único que está buscando la forma de ganarse un extra y asegurarse algunos billetitos, especialmente esos nostálgicos "verdes". Es que la cosa de la crisis económica aún no golpea, quizás solamente sea el rumor, el eco de su paso trepidante, acercándose.
Oigo ruido. Son los palomillas del barrio. ¡Están de fiesta!
¿Qué pasó? -Es que ganó la "U", jugando la Libertadores.
Suena raro, ¿no?.
Mientras tanto me iré al "sitio" de siempre ("solano", no más) y allí estaré un momento.
-Dos más!. Y ... me voy.
En serio.

Tarde de crisis

Bueno, como decimos en buen romance: "la tarde está pisquera".

Y es que en esta mi ciudad el clima influye en el ánimo de mis paisanos. Y, la tarde nublada, a punto de llover, con frío seco y una enfermiza y triste semioscuridad. Nada mejor para levantar el tiesto que un buen golpe de pisco.

La verdad es que hace falta. Acabo de leer que los norteamericanos están recurriendo a los servicios telefónicos de asistencia para no suicidarse por la crisis que están sufriendo, y, ¿a nosotros? De crisis, malos tiempos y vacas flacas nosotros sabemos: somos sobrevivientes a numerosos gobiernos que dejaron a este país en el inframundo económico y social, lo que hubiera hecho suicidar al más optimista. Sin embargo, aquí estamos.

Esperemos que esta crisis no se convierta en nuestro Waterloo, o en nuestro maracanaso!

Mientras tanto ... dos más!, y nos vamos.